jueves, 26 de julio de 2012

Lo que pudo ser y no fue (I)

Jueves, 15 de Mayo de 2003. 

Los vigentes campeones de la NBA (tricampeones, mejor dicho) certificaban su eliminación al perder 110-82 en el SBC Center de San Antonio contra unos Spurs que, a la postre, serían campeones de ese curso 2002-03. Un 4-2 en semifinales de Conferencia que, si bien podía saber a fracaso vistos los tres últimos años del conjunto angelino, entraba dentro de lo previsible dada la escasa profundidad de una plantilla que, por si fuera poco, veía cómo Rick Fox, jugador fundamental en los esquemas de Phil Jackson, se lesionaba de gravedad en el cuarto partido de la Primera Ronda de Play-Offs contra los Timberwolves.

Se cerraba así la primera temporada de Phil Jackson como entrenador en la franquicia de púrpura y oro sin conseguir el título. Era también la primera vez desde 1995, año del primer retorno de Michael Jordan, que el “maestro Zen” concluía el curso sin añadir un anillo a su palmarés. 

Miércoles, 16 de Julio de 2003.

Dos meses después de aquello, los Agentes Libres Gary Payton y Karl Malone firman sus respectivos contratos y se convierten en nuevos jugadores de Los Ángeles Lakers, en un claro intento por ganar el ansiado anillo tras unas dilatadas carreras que, si bien fueron brillantes a nivel individual, siempre tuvieron el “lunar” de no haber podido conseguir el título de campeón de la NBA. En el año 96 uno y en el 97 y 98 otro acabaron cayendo en las Finales contra unos Chicago Bulls liderados por un tal Michael Jordan.


Payton procedía de Milwaukee, donde había jugado la segunda mitad de la temporada tras haber sido traspasado desde Seattle, su equipo de toda la vida, a cambio de Ray Allen (entre otros jugadores). Malone llegaba a LA tras haber estado sus 18 temporadas como profesional en los Utah Jazz, una vez que Stockton había anunciado que se retiraba al finalizar la 2002-03.

Se conformaba así un quinteto titular que casi con toda seguridad tendría a cuatro futuros “Hall of Fame”, y un equipo que pasaba directamente a ser el mayor candidato para ganar el anillo de cara a la siguiente campaña. Un modelo, por llamarlo así, que podría ser considerado un precedente de lo que luego se vería en Boston en el Verano de 2007 o, aunque de distinta forma, en Miami en el Verano de 2010. Además, Horace Grant primero y Bryon Russell después, otros dos veteranos con cierto renombre, se unían al proyecto para aportar desde el banquillo.

A priori pues, a poco que tuvieran ligeramente la suerte de cara, parecía “escrito” que esos Lakers se harían con el título del año 2004 y que en consecuencia Payton y, sobre todo, Malone, podrían ya retirarse con su preciado anillo. Pero la llamada “suerte de los campeones” parece que les fue esquiva casi desde el principio...


Primer contratiempo

El Viernes 18 de Julio de 2003 Kobe Bryant era noticia por algo que nadie se podía imaginar. El Fiscal del Condado de Eagle, en Colorado, le acusaba formalmente de haber agredido sexualmente el 30 de Junio a una joven de 19 años durante su estancia en el Centro Vacacional de Vail, en el mismo estado.

Bajo la ley del estado de Colorado este delito era considerado como violación, y acarreaba una pena que iba desde 4 años de prisión hasta la mismísima cadena perpetua.

Bryant, que tuvo que pagar $25.000 de fianza para eludir la cárcel, comenzaría así el 6 de Agosto una serie de comparecencias en los juzgados de Eagle que le llevarían a estar viajando a Colorado durante toda la temporada. El día más recordado de Kobe en ese aspecto fue el 19 de Diciembre de 2003 cuando, en un partido disputado en el Staples precisamente contra Denver, la franquicia del estado de Colorado, y en el cual no pudo comenzar de titular debido a que el viaje de vuelta a LA le impedía llegar al inicio del encuentro, acabó anotando la canasta que le daba el partido a los Lakers.

Desarrollo de la temporada

Como era de prever dada la plantilla que se había conformado, la competición no pudo empezar de mejor forma: los primeros 24 partidos se saldaron con un casi impecable balance de 19-5.

Sin embargo, el 21 de Diciembre de 2003, en un partido contra Phoenix disputado en el Staples (y que también acabarían ganando), ocurrió algo que terminaría siendo clave en el devenir del curso para los angelinos: en el minuto 4 del primer cuarto, Karl Malone, en una acción con Scott Williams, se rompió el ligamento lateral interno (LLI o MCL) de su rodilla derecha. Estaba promediando, con 40 años, 14.5 puntos, 9.9 rebotes y 3.9 asistencias en los 23 partidos que había disputado antes de ese fatídico día.

Pero lo más grave fue que los médicos de los Lakers no detectaron esa lesión, y en su lugar le diagnosticaron un simple esguince. El error, según dijo el propio Malone semanas después, se debió a que la Resonancia Magnética le fue realizada “demasiado arriba”, es decir, sólo se comprobó con ella la parte más superior del ligamento, que efectivamente estaba intacta, pero no se revisó el estado de la parte inferior del mismo, que fue la que estaba dañada. La citada rotura del LLI se la diagnosticó en Enero un médico particular en Newport Beach, que sería el que se ocuparía de su lesión a partir de entonces.

Pero ese mes no fue únicamente tiempo perdido. Como consecuencia del (erróneo) diagnóstico inicial, rápidamente comenzó una rehabilitación vigorosa que, más allá de mejorar su lesión, la agravó hasta tal punto que para cuando su médico le dio el diagnóstico real la rodilla derecha se encontraba llena de líquido, lo cual impidió que el ligamento dañado pudiera comenzar a repararse.

Fue ya entonces cuando comenzó un tratamiento conservador (esto es, evitando pasar por el quirófano) en el cual, esta vez sí, coincidieron tanto el equipo médico de la franquicia como el suyo privado. Finalmente el 12 de Marzo, casi tres meses después de aquel partido contra los Suns, volvió a las pistas. Entretanto los de LA habían disputado 39 partidos sin él, practicamente media temporada, que saldaron con un mediocre balance de 22-17, destacando una única victoria en los 7 partidos que disputaron nada más lesionarse el veteranísimo ala-pívot.

Tras su vuelta sus promedios bajaron: 12.1 puntos, 7.8 rebotes y 4.1 asistencias en los 18 partidos disputados hasta el final de la Temporada Regular. Eso sí, el equipo notó y mucho su reaparición: pese a perder el primer choque con él de nuevo en el quinteto titular, ganaron los 11 siguientes y cerraron el curso con un 14-4 gracias al cual pudieron conquistar el título de la División Pacífico (56-26) y, en consecuencia, el 2º puesto de la Conferencia Oeste. Conviene recordar que por aquel entonces el Título de División te hacía ser siempre uno de los dos primeros clasificados de la Conferencia, a pesar de tener peor récord que otras franquicias. Así los Spurs, a pesar de haber ganado un partido más que los angelinos, quedaban como terceros del Oeste. Como primeros clasificados quedaron aquellos Timberwolves de Sam Cassell, Latrell Sprewell y Kevin Garnett, con un bagaje de 58-24. Máxima igualdad la que hubo en los 4 primeros clasificados del Oeste aquella temporada, apenas separados por 3 victorias.

En total, los Lakers con El Cartero tuvieron un balance de 33-9, frente a un 23-17 sin él. Señalar que el otro partido que se perdió (en total sólo disputó 42 partidos en la Regular Season del que sería su último año como profesional) fue el disputado contra Utah, su ex-equipo, el 7 de Diciembre, también en el Staples, debido al partido de suspensión con el que la NBA le castigó por dar un codazo a Steve Nash en el partido contra Dallas del 4 de Diciembre.

Otras lesiones

Si bien el estado de la rodilla de Malone fue el que marcó el sino de la temporada para los de Los Ángeles (de ahí que el desarrollo de la misma haya ido en paralelo a su salud), no es bien cierto que los problemas físicos afectaron a prácticamente todos los jugadores importantes del roster. Gary Payton, Devean George y Derek Fisher fueron los únicos que pudieron disputar los 82 partidos de la Temporada Regular.

Rick Fox, que se rompió un tendón de su pie izquierdo en Abril de 2003, apenas pudo disputar 38 partidos al regresar a las canchas el 28 de Enero. La lesión, que inicialmente le iba a tener 6 meses de baja, le acabó manteniendo alejado de las pistas 9 meses. Por su parte, Horace Grant, el único pívot verdadero de la plantilla junto a Shaquille O’Neal, se lesionaba la cadera derecha el 2 de Marzo, estando 10 días de baja. Recayó el mismo día de su retorno (12 de Marzo contra los Wolves) y la lesión se agravó, produciéndose un desgarro en la zona y diciendo adiós a lo que restaba de la 2003-04.

Kobe Bryant se dislocaba el hombro derecho a mitad de Enero, lesión de la que recayó a principios de Marzo. Entre medias, un corte en el dedo índice de su mano derecha a finales también de ese accidentado mes de Enero. En total se perdió 17 partidos, récord para él en una temporada.


Shaquille O’Neal causaba baja en 15 partidos, gran parte de ellos, nuevamente, durante el mes de Enero, por problemas en su pantorrilla derecha. Todo esto explica también el porqué de los resultados deportivos tan pírricos de los Lakers a principios del año 2004.

Si bien estas lesiones de las dos estrellas del conjunto angelino no tuvieron repercusión alguna de cara a la postemporada, por el contrario las de Malone y las de secundarios como Fox o Grant sí que acabaron pasándole factura al conjunto de Phil Jackson, como se terminó viendo en el mes de Junio.

Más contratiempos

Gary Payton, a pesar de los más que aceptables números que firmó en la Temporada Regular (14.6 puntos, 5.5 asistencias, 4.2 rebotes y 1.2 robos), nunca se encontró cómodo en un sistema como el de Phil Jackson en el que el papel del base se limita prácticamente a subir el balón más allá de media pista. La prueba fehaciente de esto fueron sus números en Play-Offs, que cayeron hasta los 7.8 puntos, 5.3 asistencias y 3.3 rebotes.

Además el ambiente en el vestuario, con las diferencias ya irreconciliables y el choque de egos manifiesto entre Shaq y Kobe, tampoco ayudaba a que el equipo estuviera todo lo centrado y cohesionado que debía estar. De hecho, la guerra abierta entre las dos estrellas era tal que al concluir la temporada ya se preveía que Jerry Buss debería elegir entre la continuidad de uno u otro, puesto que se antojaba imposible que ambos siguieran vistiendo de púrpura y oro a pesar de haber sido compañeros desde 1996.


En la próxima (y última) entrega: más entresijos de la relación Kobe-Shaq en esa 2003-04, cómo fueron los Play-Offs (con mención especial a la Final contra Detroit) y cómo se acabó desmantelando la plantilla una vez concluida la temporada.

viernes, 20 de julio de 2012

Resaca del 11 de Julio


Traspasos, “Qualifing Offers”, firma/renovación de Agentes Libres y, sobre todo, muchos rumores. Después de casi dos semanas de infinitas habladurías y movimientos que quedaban pendientes de la apertura del mercado para poder ser confirmados, estamos pudiendo presenciar durante estas últimas fechas a la corroboración de todos los tira y afloja de los días precedentes. A modo de resumen, se pueden consultar los movimientos de este mes de Julio en este enlace o en este otro.

Sin entrar mucho en detalles, esto es lo que me ha parecido más interesante de lo sucedido desde el pasado día 11. 

Conferencia Este

- Atlanta Hawks. Tras la eliminación contra Boston en primera ronda se han metido de lleno, con su nuevo GM Danny Ferry a la cabeza, en una reconstrucción del bloque que les había clasificado para la postemporada durante las 5 últimas campañas.

Se han liberado del megacontrato de Joe Johnson (casi $90 millones por 4 años), con el cual han obtenido una serie de “expirings” (Farmar, Petro, Williams, Stevenson), que les proporcionarán un buen margen salarial para el verano que viene, y Anthony Morrow. En la misma línea ha ido el traspaso de Marvin Williams (que le restan 2 años de contrato y $15 millones por cobrar) a Utah a cambio de Devin Harris (el contrato que firmó en su día con los Nets finaliza en esta 2012-13). 

También se han hecho con el Agente Libre Lou Williams (Philadelphia) y, recientemente, con Kyle Korver (Chicago) a cambio de una Trade Exception de $5.1 millones. La incógnita ahora mismo reside en quién ocupará el puesto de “3”, porque si bien tienen una gran cantidad de jugadores de perímetro la posición primera de casi todos ellos es la de escolta.

- Boston Celtics. Pocas novedades, por ahora, desde Massachusetts. Además de la “pesca” de jugadores más que interesantes que ha hecho en el Draft, el único cambio significativo ha sido la firma del Agente Libre Jason Terry, que suplirá la baja de la otrora “tercera pieza” del Big Three: Ray Allen. Por lo demás, renovaciones de Garnett ($34 millones por 3 años), Jeff Green ($36 millones/4 años) y Brandon Bass (en torno a $20 millones por 3 años).


Así pues, Danny Ainge mantiene casi intacto el bloque que estuvo a un cuarto de llevarles, por tercera vez en cinco años, a la Final de la NBA. A pesar de la edad, si la salud les respeta volverán a ser un serio aspirante a llegar, de nuevo, a Final de Conferencia.

- Brooklyn Nets. Renovaciones de Deron Williams ($98.5 millones por 5 años), Gerald Wallace ($40 millones por 4 años), Brook Lopez ($61 millones por 4 años) y, finalmente, Kris Humphries ($24 millones por 2 años), unidas a la adquisición del All-Star Joe Johnson procedente de Atlanta. Esto los coloca entre los mejores equipos del Este, a pesar de que por ahora no hayan logrado hacerse con Dwight Howard. Agresiva apuesta la de Prokhorov en su estreno en Brooklyn, como era de esperar. 

- Charlotte Bobcats. Después de firmar la peor temporada de una franquicia en la historia de la NBA, el nuevo GM y ex de Portland, Rich Cho, está consiguiendo devolver la ilusión a Carolina del Norte con la adquisición de Ben Gordon, la elección de Kidd-Gilchrist en el Draft y las recientes firmas de Ramon Sessions y Brendan Haywood (amnistiado por Dallas).

- Chicago Bulls. Con la incógnita de Rose para esta temporada, al que habrá que ver finalmente cómo y cuándo vuelve a la competición, y tras el mal sabor de boca del final del curso pasado, desde Chicago se ha priorizado el adquirir un base de ciertas garantías que pudiera suplir la baja del MVP de la 2010-11. Para ello se han hecho con un viejo conocido: Kirk Hinrich. 

Asimismo, tras la marcha de CJ Watson a Brooklyn, la no renovación de Ronnie Brewer y el ya confirmado fichaje de OJ Mayo por parte de los Mavericks, el “backcourt” de los de Illinois ha quedado, por el momento, bastante cojo.

- Indiana Pacers. Consumada la marcha de Larry Bird, han sido capaces de mantener el bloque que les llevó a tener contra las cuerdas a Miami en las semis del Este. Aunque han perdido a Darren Collison y Dahntay Jones en un traspaso con Dallas a cambio de Ian Mahinmi, han firmado a los agentes libres DJ Augustin (Charlotte) y Gerald Green (Nets) para cubrir dichas bajas. Han perdido defensa de perímetro con la marcha de Jones, pero a cambio el espectáculo va a estar garantizado en el antiguo Conseco Fieldhouse. Sus aros pueden acabar tocados alguna noche.

- Miami Heat. Ray Allen y Rashard Lewis. El otrora dúo estrella de los Sonics se vuelve a juntar en South Beach para, saliendo desde el banco, ametrallar al equipo rival desde la línea de 3. Como anden finos, el roto que pueden hacer con la compañía de LeBron y cía puede ser más que considerable. Eso sí, Camby, la pieza que les faltaba para completar y equilibrar el quinteto, se les acabó escapando en favor de NY.


De cualquier forma, siguen siendo los favoritos para revalidar el título.

- New York Knicks. Uno de los que no han perdido el tiempo. Le “birlaron” a Jason Kidd a los Mavericks, trajeron de vuelta al veteranísimo Marcus Camby y, ahora, también a Raymond Felton junto a Kurt Thomas en un traspaso que envía a los Blazers a Jared Jeffries y Dan Gadzuric. 

El trío de bases de los Knicks (Felton, Kidd, Prigioni) es como para tenerlo en cuenta. Si a esto le sumamos que han conseguido hacerse con otro gran jugador defensivo como es Camby, a poco que completen el perímetro parece que podrán hacer, al fin y de una vez, cosas interesantes en PO. Dependerá también en gran medida de si, finalmente, ‘Melo y Amar’e consiguen complementarse. 

Eso sí, la “Linsanity” parece que fue sólo un sueño de un mes de Febrero. Salvo sorpresa de última hora Houston se lo va a llevar con un contrato de $25 millones y 3 años (con un último año de $15 millones). Del mismo modo, Landry Fields ha puesto rumbo a Toronto tras la suculenta oferta de los canadienses ($20 millones por 3 años), imposible de igualar para los de la Gran Manzana.

- Philadelphia 76ers. Brand y Lou Williams, dos habituales de los últimos años, han dejado el equipo. El primero amnistiado, para hacer hueco salarial, y el segundo al elegir fichar por los Hawks. 

Para cubrir sus ausencias se han hecho con Dorell Wright, Nick Young y Kwame Brown. Los dos primeros pueden darles un gran rendimiento, pero el tercero no deja de ser una incógnita (y una sorpresa, dicho sea de paso, especialmente si vemos que se va a embolsar $6 millones por 2 años).

- Toronto Raptors. Con los fichajes de Lowry (previo traspaso con Houston) y Fields, y a la espera de ver qué acaba siendo de Calderón, el “backcourt” de los canadienses da un salto de calidad enorme. ¿El problema? Que por dentro sigue faltándoles mucho. ¿Su esperanza? Jonas Valanciunas, que ya sí que se viene de Europa para dar el salto a la NBA.

Conferencia Oeste

- Dallas Mavericks. Después de una mala temporada, en la cual no consiguieron suplir la baja de varios jugadores que fueron claves en la consecución del anillo de 2011, los de Cuban han comenzado a moverse con agresividad en el mercado. Tras perder a Kidd y Terry y deshacerse de Odom y Haywood (este último mediante la famosa amnistía, para liberar su salario de las cuentas de esta 2012-13) se han hecho con Darren Collison y Danhtay Jones, ambos procedentes de Indiana, a cambio de Ian Mahinmi (gracias al S&T del francés). En el mercado de Agentes Libres han firmado a Chris Kaman, Elton Brand y, ahora, OJ Mayo.

Así pues, en unos pocos días han conseguido cubrir el puesto de base, la baja de Terry y hacerse con un pívot que, dado el caso, puede hacer daño en ataque (algo que no ocurría con Haywood). Refuerza además el puesto de “4” con Brand y la defensa de perímetro con Jones. Por ahora, no se le puede decir a Cuban que no esté reforzando (y bien) el equipo. 

- Houston Rockets. A pesar de lo incomprensible de la situación, todos sus movimientos parecen ir encaminados a liberar masa salarial y acumular elecciones de primera ronda de cara a preparar una ofensiva por Dwight Howard. Sin embargo, las opciones de hacerse con la estrella de Orlando parecen remotas, y si al final no lo consiguen (o, en su defecto, algún otro jugador dominante como podría ser Andrew Bynum) todo este aparente “sinsentido” realizado por la franquicia texana habrá sido un rotundo fracaso, ya que por el camino ha desmantelado completamente un equipo que se quedó a nada de entrar en Play-Offs la temporada pasada. El último movimiento incomprensible, el amnistiar a Luis Scola. 

Demasiadas bajas y cambios para un equipo que únicamente parece que tendrá, por lo pronto, a Jeremy Lin como cara nueva más destacada. El resto, jugadores de banquillo que llegaron tras los traspasos de Dalembert y Camby.

- Los Ángeles Clippers. Odom ha vuelto al que fue su primer equipo en la NBA. Habrá que ver si es capaz de volver a rendir a un nivel medianamente aceptable después de su año aciago en Dallas. Si lo consigue, ojo a lo que pueden hacer él mismo, el recién fichado Jamal Crawford y ahora también Grant Hill saliendo desde el banco. Con la esperada recuperación de Billups, mejorarían muchísimo la plantilla del año pasado, y eso a pesar de la marcha de jugadores que fueron importantes al final de la pasada campaña, como Nick Young o Reggie Evans.

- Los Ángeles Lakers. Tras la adquisición de Nash, ahora la franquicia angelina está a la caza de Dwight Howard para terminar de conformar una plantilla que le dé la opción a Kobe de ganar su ansiado sexto anillo. Entretanto, veteranos como Antawn Jamison se unen al proyecto de los de púrpura y oro, mientras que otros como Jermaine O’Neal siguen sonando para reforzar el equipo. A poco que puedan pescar en el mercado, especialmente en lo que a jugadores de perímetro se refiere, la plantilla de Lakers tendrá más que buena pinta, dejando como mayor incógnita la de siempre: el entrenador; un Mike Brown que, como demostró durante toda la temporada pasada, no pasa de ser un buen especialista defensivo. 


- Minnesota Timberwolves. Después de recuperar a Brandon Roy para el baloncesto, están a la espera de ver si Portland acaba igualando su multimillonaria oferta por el francés Nicolas Batum. Si Ricky Rubio se recupera bien y consiguen completar la rotación con otro pívot reserva y un escolta, el alcanzar un puesto en los Play-Offs para este año debería ser un “must” para los de Minneapolis. 

- Phoenix Suns. Una vez confirmada la salida de Nash, rápidamente se pusieron manos a la obra y ataron a Goran Dragic, un viejo conocido que venía de hacer una gran segunda mitad de la temporada con Houston. También han firmado a Michael Beasley y, hace escasas fechas, a Scola, después de haber sido amnistiado por los Rockets. Las caras nuevas son, cuanto menos, ilusionantes. A pesar de haberse quedado sin OJ Mayo, si la cabeza le funciona a más de uno este equipo puede hacer grandes cosas, ya que pocas plantillas en la Liga, en lo que a talento se refiere, pueden superarle.

- Utah Jazz. Tras finalmente deshojar la margarita y traspasar a Devin Harris, han logrado obtener a cambio un “3” correcto como es Marvin Williams (posición donde el equipo estuvo bastante cojo durante varias fases de la temporada pasada). Además, han traído de vuelta a Mo Williams, quien inició su carrera NBA en la franquicia de Salt Lake City. Buenas incorporaciones, si bien pueden andar todavía necesitados de un verdadero base “puro”.

Otras consideraciones

Me ha llamado la atención sobremanera la cantidad ingente de grandes contratos que se han ofertado (y, muchos ya, firmado) durante estos primeros días de verano. Algunos ejemplos flagrantes: Asik ($25 millones por 3 años, oferta de Houston), Fields ($20 millones por 3 años, con uno último de casi $10 millones), Lin ($25 millones por 3 años también), Batum ($46 millones por 4 años), el propio Jeff Green ($36 millones por 4 años después de venir de una operación de corazón que le tuvo de baja toda la temporada pasada), etc. No es que se dude de la calidad y de la capacidad baloncestística de estos jugadores, pero es que resulta cuanto menos extraño que tras un Cierre Patronal que tenía, como una de sus razones principales, la necesidad de reducir la ingente cantidad de dinero que se pagaba a los jugadores, especialmente con según qué tipos de contratos, se estén dando casi que como churros remuneraciones muy altas a jugadores que, a día de hoy, tienen que demostrar muchas cosas en la Liga. 

Y no sólo a jóvenes. También se han visto contratos como los de Novak ($15 millones por 4 años, que contrastan y mucho con los “pírricos” $2.8 millones por 2 años de JR Smith) y otros de gente mucho más veterana, como podría ser Marcus Camby ($13.2 millones por 3 años, con 38 ya cumplidos). Nadie duda del rendimiento de este último vista su pasada campaña, al igual que sucede con Steve Nash, pero de aquí a un par de temporadas, con 40 cumplidos, su rendimiento puede ser una verdadera incógnita.

Veremos qué termina sucediendo de aquí a un par de años, que será cuando se comience a penalizar realmente a los equipos que se pasen del tope salarial ($3.25 de multa por cada $1 que se exceda del límite). Algunos tendrán que hacer verdadera ingeniería financiera si no quieren dejarse millones y millones en Impuesto de Lujo. Y recordemos que la amnistía (el despedir a un jugador de tal forma que su salario no quede reflejado en los libros de cuentas de ese ejercicio) únicamente se puede realizar sobre un solo jugador y durante una sola semana a partir del día de apertura del mercado de fichajes.

jueves, 5 de julio de 2012

El desgarro del LCA, ese inquietante enemigo


Eric Maynor, Ricky Rubio, Derrick Rose, Iman Shumpert o Baron Davis. Esta particular temporada ha sido testigo de un número inusualmente alto de lesiones graves de rodilla, teniendo todas ellas un denominador común: la rotura del ligamento cruzado anterior (LCA o ACL en inglés), ya fuera como única afectación o acompañando al desgarro de otros ligamentos.


Tras ver los diferentes plazos de recuperación que se les estimó a cada uno de los jugadores me empezó a picar la curiosidad sobre el porqué de tanta disparidad entre ellos, pues se llegaba incluso a la situación de que lesiones aparentemente más graves iban a tener un tiempo de baja menor que otras más “leves”. Y ya me acabó de interesar el tema tras leer por twitter a alguna gente comentar, una vez que se confirmó la lesión de Ricky, cosas del estilo a ¿cómo puede ser que siempre en baloncesto la lesión del LCA necesite de un tiempo de recuperación mayor que en fútbol?

Dado que a mí todo esto me ha servido para comprender bastantes más cosas acerca de este tipo de lesiones, espero que a los que también habéis tenido la curiosidad os sea de utilidad para tratar de aclarar dudas como las que yo me planteé en su momento. Para intentar explicar mejor todo, pondré como ejemplos a algunos de los jugadores mencionados al principio.

Generalidades

El LCA resulta especialmente importante para la estabilidad de la rodilla, pues su principal función es unir la tibia con el fémur evitando que la primera se desplace hacia delante con respecto al segundo. Su lesión, como muchos hemos podido ver este mismo año, se produce, por ejemplo, tras un mal apoyo después de un salto (Rose), un cambio brusco de dirección (Shumpert) o un simple golpe en la zona (Rubio).

Una vez confirmado el diagnóstico lo más problemático es, y más aún si dicha rotura viene acompañada de la afectación de otras estructuras, conocer si el jugador podrá llegar a alcanzar, tras la reconstrucción y posterior rehabilitación, el nivel previo a la lesión. Dada la alta incidencia de roturas del LCA (constituyen aproximadamente el 50% de las lesiones de ligamentos de la rodilla), tenemos numerosos ejemplos de jugadores que pasaron por el mismo calvario en la propia NBA. Y, por desgracia, muchos de ellos nunca consiguieron recuperar su nivel de juego, como señalaba Alberto de Roa en este artículo para NBA Maniacs.

Reconstrucción del LCA

La reparación quirúrgica del LCA se hace mediante artroscopia. Ésta permite insertar una cámara dentro de la rodilla con la cual comprobar en un monitor el estado del ligamento afectado y también revisar si hay otras estructuras comprometidas (como ocurrió en la intervención de Ricky, pues durante la operación los médicos comprobaron que, además del cruzado anterior, también se había roto el LLE o ligamento lateral externo).

Una vez localizado el ligamento dañado, éste es retirado y posteriormente reemplazado por tejido procedente de otros tendones del mismo individuo o incluso de un donante. Para colocar el nuevo ligamento en el mismo lugar que el viejo, se hacen unos túneles en el fémur o la tibia y, a través de unos tornillos reabsorbibles, se fija en su lugar. Esto tiene la ventaja de que a medida que va cicatrizando los túneles que se han hecho en el hueso se van “llenando”, mejorando si cabe la fijación del injerto.


Rehabilitación

Su objetivo principal es que el jugador alcance el nivel previo a la lesión, reduciendo a la vez la posibilidad de una nueva rotura. En muchas ocasiones resulta incluso más importante que la propia cirugía. 

Aquí es fundamental el no acortar plazos y no precipitarse a la hora de permitir al jugador volver a las pistas, ya que si, por ejemplo, el tono muscular del cuádriceps y de los isquiotibiales (pues la estabilidad de la rodilla depende principalmente de ellos) no es todavía el adecuado las posibilidades de que la vuelta a la actividad concluya en un fracaso aumentan. Esto es debido a que músculos como los isquiotibiales tienen la misma función que el propio LCA (evitar el desplazamiento de la tibia hacia delante), con lo que reducen la tensión en el ligamento reparado. Así, si éstos no están lo suficientemente fortalecidos el recién recuperado LCA tendrá que realizar un trabajo mucho mayor, aumentando el riesgo de aparición de una nueva lesión.

Del mismo modo, y al hilo de lo anterior, otro aspecto a tener en cuenta en las lesiones del LCA es que las cargas que se emplean a lo largo de la rehabilitación y que actúan directamente sobre el propio tejido del injerto facilitan su reparación, pero si la carga se vuelve excesiva puede acabar con la rotura del mismo. Esto explicaría algunas recaídas que se producen incluso antes de que el jugador vuelva a la competición.

Con respecto a los plazos de recuperación hay que decir que llaman la atención en más de una ocasión. Resulta curioso que a Ricky, que se desgarró además del LCA, el LLE, le estimaran una baja de 6 a 9 meses, mientras que a Rose, que únicamente se lesionó el LCA, le señalaran que su vuelta a las pistas tendría lugar entre 8 y 12 meses después de la operación. A primera vista puede resultar incomprensible, pero estas estimaciones tan dispares se tornan bastante lógicas si nos fijamos en la forma de jugar de ambos: Rose, mucho más explosivo, frente a un Ricky cuyo punto fuerte no es precisamente el dribling ni el uno contra uno, sino más bien el pase y el hacer jugar al equipo. En resumidas cuentas, Rose, a diferencia de Ricky, sí que depende mucho más de su estado físico, ya que los cambios de ritmo y de dirección tan habituales en su juego desgastan y mucho sus rodillas.

Todo estas diferencias se vuelven mucho más ostentosas si comparamos la rotura del LCA producida en baloncesto con la producida en fútbol. En este último, los jugadores que han sufrido este percance suelen volver a jugar a los 6 meses de lesionarse, mientras que en baloncesto ese tiempo siempre se alarga, dado que lo normal es prever una vuelta a las canchas entre 6 y 9 meses después. ¿Por qué? 

  • En fútbol el mecanismo principal que produce la lesión es, por decirlo así, un gesto no natural, como puede ser un giro brusco de la rodilla al quedársele al jugador el pie clavado en el césped. La acción principal que se lleva a cabo en este deporte (correr) no está en relación con la afectación del LCA.

  • En baloncesto, por el contrario, la acción principal (saltar) sí que está implicada, siendo causa de la lesión en muchas ocasiones. En consecuencia, hay que tener en cuenta el “impacto” de los saltos a la hora de recuperar de una forma adecuada a ese ligamento, ya que va a estar mucho más castigado. Ello provoca que el tiempo de baja en este deporte sea mayor.

Dicho de otro modo: en baloncesto la recuperación requiere más tiempo porque ha de incidir sobre la propia acción de ese deporte. A saber: lesión muchas veces producida tras un salto, que una vez curada seguirá expuesta una y otra vez a esa misma actividad. Y no sólo los ligamentos. También los meniscos sufren, puesto que son los encargados de absorber todo impacto que se produce tras saltar (mientras que los ligamentos son los responsables de la absorción de la tensión, de ahí la importancia, como se comentó antes, de volver a la actividad con un buen tono muscular). Esto explicaría el porqué tras lesiones graves de rodilla algunos jugadores han tenido, después de su vuelta a la competición, problemas en la rodilla sana, principalmente de menisco, por sobrecarga, ya que se tiende a centrar las cargas en la rodilla sana para tratar de “preservar” la operada (me viene a la cabeza el caso de Amar’e Stoudemire tras su microfractura en la rodilla izquierda, que acabó teniendo que ser operado meses después de la rodilla derecha por el desgaste a la que la terminó sometiendo). 

Sin embargo en fútbol, al ser el mecanismo lesional diferente, no se necesita de un período de recuperación tan largo. Los giros de rodilla causantes de la mayoría de estas lesiones no son una acción habitual de ese deporte, sino algo accidental, con lo que el castigo de los ligamentos en ese aspecto no va a ser un continuo.

Conclusiones

Visto todo esto, cabe entender ahora el porqué se han fijado plazos de recuperación tan dispares para unos jugadores y otros, a pesar de habernos encontrado “rarezas” tales como que una lesión mayor como fue la de Ricky (por el número de ligamentos afectados) o la de Shumpert (LCA + menisco lateral) vaya a tenerles de baja menos tiempo que a Rose, que únicamente tenía dañado el LCA de su rodilla izquierda. 


Aclarada esta primera duda, hay que plantearse la segunda y fundamental: ¿en qué condiciones volverán todos estos jugadores de sus respectivas lesiones? Particularmente creo (y espero equivocarme) que a Rose le costará muchísimo llegar al nivel que tenía antes de romperse. Y eso en caso de que lograra llegar a ese nivel, que recordemos que es el de MVP de la Liga. Sin embargo, en jugadores como Ricky, por lo ya comentado de su forma de jugar, sí que parece más factible su vuelta al 100%. En cualquier caso, esto depende también de la suerte, y ésta es poco predecible. El tiempo nos dirá.


Con la colaboración de Judith Lorenzo (@JudithLorenzo90).